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Golem Proyecto |
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EL GOLEM (TERRON DE TIERRA) El arte como vehículo comunicacional. «si el poder siempre quiso manipular el arte para su propaganda es porque este es importante». Maite Beguiristain. Profesora Titular de Estética y Teoría de las Artes. Universidad de Valencia. La relación arte y estado es crítica a la hora de redefinir una serie de categorías: el orden, la identidad, nación, derecho, jerarquía, propaganda, revelación, propiedad, voluntad individual. Cualquier acción que es asimilada por los dispositivos de información resulta absorbida por un sistema que se alimenta de paradojas. Estamos en un momento en el cual cuanto más antisistema, más fortalece a esas estructuras que le aplauden, premian y pagan sus ataques. El Estado es maravilloso, todo lo recicla y reconvierte. El Golem – Estado Para impedir que los miembros más débiles de la comunidad fuesen devorados por los buitres, era indispensable que un animal de presa, más fuerte que los demás, estuviera encargado de contener a estos voraces animales. Pero como el rey de los buitres no estaría menos dispuesto que cualquiera de las arpías menores a devorar el rebaño, hacía falta estar constantemente a la defensiva contra su pico y sus garras. John Stuart Mill Un Observador – Estado controla. Ha estado y -por ello- continúa estando. Si hay algo que no se ha hecho precisamente es la re - privatización de la moral. Se insiste en señalar que cada uno hace lo que quiere y la falta de valores generales, sin embargo es un camino anverso: El contrato social de los privados se ha hecho Estado. Invisible y omnímodo. Sus regulaciones han dejado de ser un pacto entre partes quienes buscan su beneficio. Se aceptan cual mensaje genético y deseamos en armonía/estado. Hemos creado un Estado como dispositivo independiente, cual si fuese un Golem (terrón de tierra) enloquecido que no solo ha escapado del control de su creador sino que opera en el pensamiento de los mismos. Porque, pese al pensamiento posmoderno relativizador de valores, la sociedad y la cultura están absolutamente regidas por los mismos valores que teníamos antes. Construimos un modelo al cual dotamos de herramientas de objetividad y le dimos características de Decisión Superior. Así pues, no pudiendo emplear el legislador ni la fuerza ni el razonamiento, es necesario que recurra a una autoridad de otro orden, que pueda arrastrar sin violencia y persuadir sin convencer. Esta razón sublime, que se eleva por encima del alcance de los hombres vulgares, es la que induce al legislador a atribuir las decisiones a los inmortales, para arrastrar por la autoridad divina a quienes no lograría mover la prudencia humana. Jean Jacques Rousseau, El Contrato Social. En la mentira “no hay valores éticos”, de jamos de percibirlos. Y los hay desde siempre, no los hemos destruido. Esta es la situación real. El dispositivo Estado – Golem ha desarrollado una ilusión de temerosos esclavos felices. El Estado Inmortal, y lo único que lo asemeja a lo humano es la locura. En este sentido, el Estado en su locura hegemónica pasa a denominar un orden que se ha establecido como tal. Se consolida un estado de cosas (status quo) gracias a la magia monumentalizadora (es decir, acción de con-memorar, de traer a la memoria). El Estado se erige como el modo de ser de nuestras sociedades y se convierte en el Estado, máximo monumento erigido en memoria de la sedentaridad. En conmemoración de esta alianza conceptual Estado – Territorio – Tierra hemos construido un Gólem que ha logrado superar a sus creadores. Autómata perverso, nuestro monstruo de tierra ha logrado funcionar por sí mismo más allá de los procedimientos que le han dado origen. Su tamaño se ha multiplicado en modo tal que ha llegado a ocupar toda la superficie del planeta, su aliento vital (nephesh) se ha sofisticado hasta el grado de confundirse con todos los aspectos de la vida sobre los que impone su presencia: su nephesh se confunde con el nuestro. ¿cómo podemos evitar ser cómplices de un Gólem al que ya no podemos destruir?. EL GOLEM COMO INSTALACION Un espacio transitable donde se ofrece al asistente / espectador / actante la posibilidad de reflexionar acerca de la tierra suelo, la tierra puñado, el terrón de tierra como metáfora de La Tierra, tercer planeta del sistema solar, habitado por las personas, quienes se dividen en la misma bajo la idea de Nación, llamando así a la región o lugar en que se ha nacido. La tierra como geografía, la tierra como pertenencia, esa materia inorgánica desmenuzable de la que se compone principalmente el suelo natural, como oposición al cielo o a la vida eterna, pero también la Tierra santa, la Tierra prometida. La tierra como geografía que pretendemos dominar, vender, salvar, calentar, enfriar pero sin embargo evoluciona en sentidos inexplicables para nuestra dimensión temporal humana. La tierra a la que aluden las religiones monoteístas como fuente de la vida "de la tierra salimos y a ella volvemos", Y a pesar de esta metáfora lo único que nos une a ella es la fuerza de gravedad, la cual no controlamos y rige la tierra desde hace 4.570 millones de años. La Tierra de 510 millones de Km² que hemos dividido en 199 países con más de 226.000 kilómetros de fronteras terrestres. He aquí a la especie humana dividida en rebaños de ganado, cada uno de los cuales tiene un jefe que los guarda para devorarlos. Jean Jacques Rousseau, El Contrato Social. La Tierra, materia prima del hombre, Adán, y del deseo humano de dar a una criatura el hálito de vida a una criatura formada a partir del barro para que le sirva, en una muestra de arrogancia que es castigada por los dioses con el descontrol y la locura del Golem. LA TIERRA – GOLEM COMO INSTALACION Es impensable que en valores de densidad, porosidad, permeabilidad capilaridad o humedad se defina la identidad humana. Sin embargo, la tierra en si es un nivel metafórico de la identidad. Y en la instalación cambia de signo. L a pieza se presenta como una instalación interactiva, donde en sentido cierra en el recorrido del espectador/actante. No es importante lo que diga el autor, es importante la acción de los sentidos instalados en el visitante. ¿Como respondemos a la idea de Tierra? ¿En cuantos niveles opera? La Instalación es para hacer ver a la gente lo que el dispositivo Golem Estado oculta en su exceso de evidencia. Y en ese sentido la instalación opera cual un mecanismo ético. De aquí en mas debemos explicitar la idea de las tres dimensiones – espacios de la instalación: a) La dimensión de Tierra deificada. b) La dimensión de la tierra suelo, la tierra identidad. c)La dimensión de la Tierra planeta, la tierra recalentada, la tierra poluída. En un espacio de características de no lugar, de circulación, de percepción aeroportuaria planteamos la fuerte idea de territorialidad: tres territorios que tienen connotaciones diferenciadoras. La tierra de Malvinas, la tierra argentina mancillada por el conquistador, que hoy se presenta como territorio ingles. La tierra a la cual pertenecemos y nos da identidad. La tierra a recuperar en un futuro mítico en el cual se verán superadas todas las antinomias. Un video del autor en la tarea de acopiar esa tierra en recipientes diseñados ad hoc en Territorio de Malvinas – Falklands rige en el espacio transitable de tierra. La tierra de las antípodas, la tierra de lo extraño, la tierra de una identidad ajena a “lo nuestro” la tierra de la China milenaria. Un video similar rige el espacio. Una tierra de alto valor económico, una tierra que despierte el deseo de poseerla. (ver cual es la mas apropiada) La segunda instancia es la deificación de la Tierra. Tierra Santa, Tierra Prometida y Biladi. En una misma tierra, a metros una de otra, tres connotaciones religiosas que han dividido a la humanidad. Ver diseño del espacio) La tercera instancia es la dimensión Planetaria. 199 tierras, 199 entidades culturales mundiales comprometidas en el control de la temperatura del mundo. Una estantería de frascos con tierras de los 199 paises comprometidos en la lucha contra el calentamiento global en una vitrina refrigerada, cual un gigantesco freezer. Hay que diseñar los espacios, pero conceptualmente me cierra mucho, hasta ahora, y me parece una pieza de peso dentro de lo que he visto. Tenemos que ver como presentamos la idea de Golem mas alla de lo conceptual y textual, una aproximación morfológica. Ya sea en la organización del espacio, ya sea en la señalética del mismo, ya sea que el Golem este hecho con cada una o con todas las tierras presentes… falta poco pero falta. Me parece que ya tenemos un embrión de una primera instalación fuerte. |
The Golem – State To prevent the weaker members of the community from being preyed upon by innumerable vultures, it was needful that there should be an animal of prey stronger than the rest, commissioned to keep them down. But as the king of the vultures would be no less bent upon preying upon the flock than any of the minor harpies, it was indispensable to be in a perpetual attitude of defense against his beak and claws. John Stuart Mill An Observer-State controls. It has existed and -for that reason- it continues to exist. If something has not been done yet, that is the re-privatization of morality. People insist in pointing out that everybody does as they wish and the lack of general values. However, it is the opposite road: the social contract of private people has turned into the State. Invisible and omnimodus. Its regulations have ceased to be a pact between parties who seek its benefit. They are accepted as a genetic message and we wish for harmony/State. We have created a State as an independent device, as if it were a mad Golem (mass of earth) who has not only escaped from the control of its creator but who also operates over their own thoughts. Because, in spite of postmodern thought regarding values as being relative, society and culture are absolutely ruled by the same values we used to have. We built a model and endowed it with tools of objectivity and granted it the features of a Superior Decision. The legislator therefore, being unable to appeal to either force or reason, must have recourse to an authority of a different order, capable of constraining without violence and persuading without convincing. This sublime reason, far above the range of the common heard, is that whose decisions the legislator puts into the mouth of the immortals, in order to constrain by divine authority those whom human prudence could not move. Jean Jacques Rousseau – The Social Contract There are no “ethical values” in lying, we cease to perceive them. And that has been so forever, we have not destroyed them. This is the real situation. The Golem-State device has developed the illusion of fearful happy slaves. The Immortal State, and it only resembles human beings in its madness. In this sense, the State in its hegemonic madness has become the name of an order established as such. A state of affairs (status quo) consolidates thanks to the magic of monument-building, that is to say, the action of commemorating, of summoning memory. The State becomes the way of being of our societies and turns into The State, maximum monument erected to the memory of sedentarism. In commemoration of this conceptual alliance between State-Territory-Earth we have built a Golem that has surpassed its own creators. A perverse automaton, our clay monster has managed to work by itself beyond the procedures that have created him. Its size has multiplied to the point that it has come to occupy the entire surface of the planet, his vital breath (nefesh) has become sophisticated to the point of intermingling with all aspects of life over which his presence is imposed: his nefesh cannot be told apart from ours. How can we avoid being accessories to a Golem we can no longer disassemble? GOLEM AS AN INSTALLATION A walkable space where visitors / spectators / actants are offered the possibility to meditate on earth as ground, a handful of soil, and a piece of land as a metaphor of Earth, the third plant of the Solar System inhabited by people. People grouped under the idea of Nation, a term that refers to the region or the place where people are born. Earth from the geographical point of view, earth as belonging, the breakable inorganic matter the natural soil is mainly made of, as opposed to the sky or eternal life. But also as opposed to the Holy Land, the Promised Land. Earth as the geography we pretend to domineer, sale, warm up, cool off but which, nevertheless, evolves in ways ungraspable to our temporal human dimension. The Earth monotheistic religions refer to as the source of life “from dust we come and to dust we return”. In spite of this metaphor, the only thing that links us to her is the force of gravity, which we do not control, and which has ruled on Earth for 4,570 million years. The 520 million square kilometers big Earth that we have divided into 199 countries with over 226,000 kilometers of terrestrial borders. On this showing, the human species is divided into so many heards of cattle, each with its ruler, who keeps guard over them for the purpose of devouring them. Jean Jacques Rousseau, The Social Contract. Earth, man’s raw material, Adam, and the human desire to endow with life a creature made out of clay so it serves us, in an example of arrogance punished by the gods with the Golem’s madness and lack of control. EARTH – GOLEM AS AN INSTALLATION It is unthinkable for human identity to be defined in terms of density, porosity, permeability, capillarity, or humidity. However, Earth is in itself a metaphoric level of identity. And in the installation it changes the sign. The piece is presented as an interactive installation, in which meaning is built through the path the spectator/actant covers. The author’s opinion is not important, what matters is the action of the meanings installed in those who visit the installation. How do we react to the idea of Earth? In how many levels does it operate? The purpose of the Installation is to make people see what the Golem-State device hides under its excessive load of evidence. And in this sense the installation works as an ethical mechanism. GOLEM Project: the three dimensions/spaces of the installation: A) Earth as soil, Earth-Identity. B) Earth as a Deity C) Earth as a Planet, the State versus an overheated planet Earth. EARTH AS SOIL In a space built as a no-place, a place of circulation, of airport-like perception we pose a strong idea of territoriality: three territories with differential connotations. Three spaces-booths-territories equal in size form the installation. The three have glass surfaces but with characteristics of their own. The first is clear. On its walls one can see the entire planisphere, with the hundred and ninety-nine territories, except for Argentina. On the ground there is soil from Malvinas, the Argentine soil blemished by the conqueror, and currently presented as British territory. The land to which we belong and which grants us our identity. The land to be recovered in a mythical future when all antinomies are overcome. The second surface is opaque and its interior is mirrored ad infinitum. The soil in this space is from Cuba, hiding, the land of a totalitarian State, soil from a forced identity, a land that looks at itself and prevents the sight of the outside, towards the outside. The third surface is translucid, turbid. On the ground there is soil from Iran. A land with a strong fundamentalist religious charge, a land amidst fog, a land of fatha morgana. The land where women are a sub species and religious totalitarism fogs the sight. EARTH AS A DEITY The second instance corresponds to the deification of Earth. Holy Land, Promised Land. It is the same unique Earth, but in its minimal expression it still preserves the essence that divides at least three people. A large space lighted barely with safety lights. An airport-like maze of tape leads us to a small counter of floating glass holding a modern microscope. On the dish there is a particle of soil separated into sections. On the dish sections are labeled as Christian, Jewish, and Muslim. EARTH AS A PLANET The third instance is the planetary dimension. 199 lands, 199 world cultural entities devoted to controlling world temperature. A shelf with flasks containing soil from the 199 countries committed to fighting global warming placed in a refrigerated glass display resembling a gigantic freezer. A metallic stair leads us to an immense globe made of Plexiglas. Inside the globe and throughout the sphere there are 199 Golem-like figures made of clay, scrutinizing with their sinister eyes the interior, i.e. the spectator-visitor. The interior is walkable, and room-temperature is less than five degrees Centigrade, it is freezing cold. The Golem-States cool the Earth and keep a vigilant eye on the inhabitants who shiver before their eyes. The circuit closes with three suspended plasma screens: A video of the author while collecting the soil in specially designed recipients at the Malvinas-Falklands, Cuba and Iran – which are presented in the first part. The video also shows the moment the sample depicted on the microscope’s dish was collected in Jerusalem, as well as the molding and baking of the 199 clay Golems inside the see-through sphere. |
